

Un ejemplo práctico con vistas a preservar la salud:
Consumir más de 1000 kilocalorías por semana en ejercicios, a una intensidad del 70% del consumo máximo de oxígeno ( Vo2 máximo), dato que la mayoría de dispositivos permiten ajustar, demostró un mejor perfil de los lípidos con un significativo incremento del colesterol buen (HDL), descenso de los triglicéridos, con menores descensos en el LDL y el colesterol Total. Además, con una gran ventaja: no tener que recurrir a fármacos con los posibles efectos secundarios de los mismos, ni a dietas estrictas, difíciles de realizar o de mantener, sin mencionar los múltiples beneficios no solo para otros aspectos de la salud, sino también del estado de ánimo y sensación de bienestar.
DISPOSITIVOS PARA CONTROL DE RITMO CARDÍACO
¿Pueden los nuevos dispositivos con pulsómetro ayudarnos, no sólo a monitorear nuestro rendimiento deportivo sino nuestra salud y más concretamente nuestro ritmo cardíaco?
Aunque en un primer momento los médicos especialistas en el deporte nos alarmábamos por las innumerables consultas sobre el correcto funcionamiento del corazón con los primeros pulsómetros, que tenían un alto porcentaje de errores de medición, actualmente la gran mejora tecnológica de los mismos nos proporcionan datos más fiables permitiendo hacer una sinergia entre estos y el criterio medico sumado a pruebas cardiológicas más específicas.
Su extensa difusión así como también la facilidad para dejar un registro gráfico, permiten cada vez más detectar una alteración en el ritmo cardíaco tanto durante el ejercicio como también durante la vida cotidiana, en momentos de actividad o durante el sueño, momento en el que también se gestan arritmias, especialmente en deportistas que llevan muchos años con entrenamientos de alta intensidad.
La gran versatilidad que proporcionan debido a la posibilidad de tener este registro en la palma de la mano, tanto en móviles u ordenadores, nos permite además las innumerables posibilidades de compartir en tiempo real con otros deportistas u entrenadores, así como también con un profesional especializado.
Estudiando este registro, el especialista con su criterio y la asociación de síntomas o no, valorará la necesidad de realizar un estudio de monitoreo electrocardiógrafo mediante Holter en sus diversas variantes (siendo el ideal, el Holter deportivo sin cables); y/o una prueba de esfuerzo, a fin de identificar en el electrocardiograma una posible arritmia durante la práctica deportiva que, como lo comentamos previamente y lo corroboran las evidencias médicas, la presencia de arritmias en este grupo, es 5 veces más frecuente que en personas de la misma edad que no practican deporte de moderada-alta intensidad.
La gran mayoría de dispositivos son a la vez un reloj, o desde el mismo móvil, que ayudándose por una banda elástica alrededor del tórax que permite con gran precisión registrar los latidos del corazón. Algunos hasta lo hacen directamente desde el dispositivo en la muñeca, mediante un sensor óptico, aunque actualmente no son tan exactas como la banda pectoral, la cual muchas veces presenta una exactitud similar a la de un electrocardiograma para detectar el número de latidos.
Especial mención dentro de las arritmias frecuentes en deportistas, merece la tan común Fibrilación Auricular, una arritmia caracterizada por la irregularidad en los latidos con múltiples consecuencias para el que las padece, obligando a discontinuar la actividad física intensa, aunque con un alto porcentaje de mejoría una vez identificada y tratada en este grupo.
Las personas que ya presenten una arritmia u otra afectación cardiaca, pueden continuar realizando en la mayoría de las veces ejercicio físico y por medio de estos dispositivos, establecer los límites de seguridad establecidos por su médico.
Desde el punto deportivo, el ejercitarse siguiendo los parámetros de la frecuencia cardíaca, permite sin lugar a dudas el ajustar tanto el entrenamiento como los tiempos de carrera según los objetivos marcados, siendo de vital importancia para la mayoría de entrenadores en los diferentes campos.
Para aquellos que siguen una actitud deportiva más ligera, seguir un entrenamiento basado en la frecuencia cardíaca, permite alcanzar los objetivos planificados en forma más rápida, individualizada y segura, ya que el combustible que utilizaremos, hidratos de carbono o grasas, estará acorde a la intensidad del ejercicio y ésta es mejor controlada mediante estos dispositivos. Sumados a la motivación que supone el superar los objetivos propuestos.
Actualmente, otros usos muy extendidos para personas que presentan factores de riesgo cardiovasculares y sobretodo, los que están realizando Rehabilitación Cardíaca, ya sea en forma preventiva o después de haber presentado desde un infarto hasta una insuficiencia cardiaca, es el monitoreo del ritmo cardíaco y el ajuste de la intensidad del ejercicio según la frecuencia cardiaca, donde la práctica deportiva así como el control de esta mediante la frecuencia cardiaca constituyen es una necesidad, más que solo una recomendación.
Otros múltiples datos importante que podemos obtener mediante estos dispositivos es el de contar distancias, pasos realizados, calorías consumidas en base a nuestro peso, GPS y un sinfín de posibilidades más.
Como conclusión: los médicos empezamos a ver qué nuevas tecnologías no médicas van imponiéndose, en nuestra práctica diaria, en forma muy justificada las cuales nos permiten, no competir con el arsenal de pruebas que disponemos, sino de colaborar, cooperar y sobre todo con el aliciente de compartir en tiempo real.
Dr. Cristian Casseus Schurig
Cardiólogo